Siete días han pasado ya desde que comenzó la cuarentena por el dichoso COVID19. Una semana en la que la ciudad de Sevilla ha demostrado, sobradamente, su compromiso cívico y social con todos los ciudadanos y profesionales de nuestro país. Más de un dirigente político puso nuestra ciudad como ejemplo del comportamiento correcto en tiempos de crisis. Y eso, que lo que más le gusta a un sevillano es la compañia de un amigo, el abrazo de un hijo o el chiste del pesao’ de tu cuñado. Y el fútbol, porque nos encanta el fútbol, seas sevillista o bético. El pique, el cachondeo, las bromas… y las cervecitas al sol en una tarde de primavera hablando de nada y discutiendo de todo. Pero siempre, con respeto, cariño, humor y sevillanía.

Y hay quien se pregunta ¿cómo es posible que los sevillanos, a los que tanto les gusta la calle, sean los más reservados y responsables en estos momentos? Pues ya les contesto yo: por eso mismo, por nuestro amor a la calle. Cuando aprecias tanto como nosotros ese vivir con arte, ese estar juntos a cada rato, haces lo que sea por protegerlo. Ahora nos piden, desde el gobierno y las instituciones, que nos quedemos en casa y no tengamos contacto con amigos y familiares. Y les aseguro que eso a un sevillano, a un andaluz, le cuesta mucho. Porque nuestra vida se desarrolla en comunidad, nuestro día a día tiene presente a Paco el del bar de abajo, a Manolo el del períodico, a Paquita que vende el cupón, a Doña Juana que baja a comprar el pan, a los niños del vecino que no paran quietos, al conductor de TUSSAM, al cartero, al chino del bazar al que llamas “niño” porque no sabes pronunciar su nombre en chino, a tus hermanos de la Esperanza o la Hiniesta… y a tus amigos de la Peña, a tus colegas del partido del domingo, a tu vecino de asiento en el estadio… a esos sevillistas a los que quieres y esperas cada domingo.

Eso no se ha perdido porque, precisamente, lo estamos protegiendo. Con nuestro sacrificio, estamos asegurando el futuro: ese futuro que queremos que vuelva a ser como todo ha sido siempre.

Desde nuestra Peña Sevillista 101, ya hemos cancelado el acto de entrega al Sevillista 101 y varias actividades que teníamos programadas por nuestro segundo aniversario. Y créame, nos ha costado. Pero los hicimos con la confianza de que es un dolor necesario, una pequeña molestia para que en unos meses estemos todos juntos celebrando la vida, celebrando que estamos todos juntos y viendo jugar al grande de Europa. Os aseguro que cada cruzcampo que bebamos después de esto, cada beso y cada abrazo, cada chiste que escuchemos (aunque sea de Joaquín) y cada gol que celebremos, lo haremos con una ilusión renovada y esperanzadora.

Dicen que nunca se rinde. Es hora de honrar nuestro lema.